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La Corona y La Fase

Este artículo fue publicado el 5 de enero de 2021 en inglés. Muchas gracias a Diego que nos ha enviado esta traducción.


Los planificadores centrales, los bárbaros que controlan el espectáculo, son obsesionados de los símbolos, las palabras, las fechas y los números; se basan en ellos para echar hechizos y provocar resultados predeterminados.

Hemos tratado algunos de los aspectos rituales del coronacircus; hemos explicado cómo los ritos de transición implican una fase de aislamiento, un ritual de humillación y un renacimiento; y cómo estos pasos se corresponden respectivamente con los confinamientos, las máscaras y el esperado «gran reinicio».

Desde esta óptica, el porqué de la palabra corona (del latín corona) se hace evidente: la coronación se produce en la segunda fase del parto, cuando la cabeza del bebé empieza a emerger por el orificio vaginal; de igual modo, el ritual de coronación de un monarca simboliza su renacimiento, en el que asume un nuevo nombre y asciende a un estatus sagrado.

En la cábala, la corona es la primera sefirot. El chakra superior también se llama corona. La corona es un símbolo saturniano que representa la iluminación, el llegar a un estado de «conciencia superior». Este «anillo de fuego» es el halo de los santos y es los sombreros circulares que siempre ha adornado la clase sacerdotal.

Se espera que la humanidad, el iniciado, se transforme. El fénix debe resurgir de las cenizas. El coronacircus es un ritual de coronación.

El Gran Secreto

¿Cuál es ese gran secreto ocultista? ¿Esa gran verdad que enseñan los «misterios»? ¿Se puede explicar de forma sencilla?

Estamos hablando de un conocimiento que era muy esotérico en la Antigüedad, es decir, reservado a un círculo íntimo de iniciados. Es de suponer que, en la era de la información, debería hallarse por algún lugar, en algún libro o manuscrito.

Aún si la relación señal/ruido es baja, ha de estar en algún lugar, disponible para el público. Y una vez percibido con claridad, podemos expresarlo con sencillez.

Podemos aseverar sin temor a equivocarnos que este gran secreto no necesita ser creído. Se lo puede fácilmente observar.

Heráclito, en el siglo V a.C., insinúa en un Fragmento:

Pero a los demás hombres les pasa inadvertido cuanto hacen despiertos, igual que se olvidan de cuanto hacen dormidos.

El bardo británico del siglo VI, Taliesin, en su poema Mabgyvreu («Elementos de Instrucción») también habla de ello:

¿Sabes lo que eres?

En la hora del sueño-

Un mero cuerpo -un mero alma-

¿O un refugio secreto de luz?

A continuación, intentaremos exponerlo de la forma más categóricamente posible.

Nuestra realidad física no es la única realidad; hay otros universos objetivos, otras dimensiones de la existencia. Eventualmente, todos las experimentamos en la «otra vida». También es posible acceder a estas dimensiones de manera consciente a través del sueño lúcido, la meditación profunda, la proyección deliberada, a través del sufrimiento de un trauma físico/psicológico, la hipnosis, o por el consumo de ciertas plantas o sustancias químicas. Accedemos a ellas, a veces, involuntaria e inconscientemente durante ciertas etapas del sueño. Estas dimensiones están habitadas por una aparente jerarquía de seres desencarnados.

Ese es el gran secreto de los chamanes y otros adeptos quienes a través de un método u otro, viajan consciente y tranquilamente por estos «planos astrales». Desde allí, pueden influir en el plano físico, ya sea aprendiendo sobre él, o a través de la acción directa. A este mundo inmaterial, preferimos llamarlo la fase (ya que es una «fase» diferente de las señales de información que llamamos «realidad»).

Muchos habrán oído hablar de las «experiencias cercanas a la muerte», y se preguntarán si son reales y objetivas. Tal vez no se den cuenta de que es algo que pueden experimentar por sí mismos. Cualquiera puede hacerlo, ni siquiera es difícil. Tradicionalmente, uno debía ser «digno» de tal experiencia. Hoy en día, esta práctica ancestral y reservada es de código abierto (open source).

Los místicos han enseñado sobre ella y muchas tradiciones religiosas advierten explícitamente contra ella; es la tierra de los jinns, de los fantasmas y los demonios; el practicante de principios del siglo XX, el teósofo Oliver Fox, también dice que es peligrosa.

Si viviéramos en la Europa del siglo XV, bien podríamos decir esto:

Hay un continente más allá del océano; era un rumor parte del folclore, pero ahora sabemos que existe; algunos de nuestros contemporáneos han ido y han regresado, y sus testimonios son claros y coherentes. Este continente pertenece al universo del conocimiento objetivo, aunque su contorno esté sin cartografiar. Si quieres ir a visitarlo tú mismo, aquí tienes cómo construir un velero. El continente es vasto, y no estamos seguros de que esté exento de peligros.

La Fase

Se han dado muchos nombres al proceso de sintonización con la fase: proyección astral, experiencia fuera del cuerpo, experiencia cercana a la muerte, visión remota, sueño lúcido, trance superconsciente/estado hipnótico, etc. La experiencia puede variar mucho en cuanto a su lucidez, control y «distancia».

La parálisis del sueño es una experiencia común de la fase, en la que se tiene un falso despertar, es decir, se recupera la lucidez después del sueño pero se sigue sintonizado con la fase; uno no puede mover el cuerpo físico y puede que se experimenten fenómenos «sobrenaturales» (ninguno de los cuales es realmente sobrenatural, ya que la fase forma parte de la naturaleza).

Los niños pequeños a veces se despiertan después de mojar la cama jurando que realmente fueron al baño, y que simplemente «reaparecieron allí». Los adultos también se despiertan, se levantan, se visten, empiezan a desayunar… para luego despertarse por segunda vez en la cama. Ambos casos de falso despertar son otros ejemplos comunes de experiencias de fase involuntaria.

En efecto, la fase es muy realista. Algunos dirán que incluso más realista que la realidad de la vigilia.

¿Qué tienen en común Dalí, Beethoven y Aristóteles? El jugar con el sueño hipnagógico y el sueño lúcido para inspirarse: es decir, descargar ideas de la fase.

Antes de que empecemos a bosquejar el velero, hay que tener en cuenta algo muy importante.

La fase no tiene nada que ver con la iluminación, y no necesitamos iluminarnos para encontrarla. La fase es otra parte del sueño al que llamamos realidad objetiva, simplemente una extensión de aquella con la que estamos más familiarizados. Podemos comprobar su coherencia en la realidad de la vigilia, pero aún así sigue representando una proyección en la pantalla de la conciencia.

La Verdad es aquí y ahora. Está más allá de todas las palabras, categorías y percepciones. Existe siempre y en todas partes, y es inmutable. Ya hemos explicado cómo vislumbrarla; te recomendamos que vuelvas a leer ese post.

La palabra realidad deriva de regalis, es decir, perteneciente al rey. Lo que es real es lo que pertenece a la corona. Y no sólo los bienes raíces*.

Tutorial

Hay muchos métodos para experimentar la fase de forma tranquila y voluntaria. El más estudiado es el sueño lúcido; implica ante todo una fuerte voluntad, y desarrollar la capacidad de recordar los sueños utilizando un diario de sueños. Stephen LaBerge lo estudió en Stanford, aquí una copia de su libro A Course in Lucid Dreaming (para fines de evaluación).

Cuando la fase se denomina experiencia extracorporal, la manera más común de abordarla es la técnica directa, propuesta por Robert Monroe que se basa en el estado hipnagógico, es decir, cuando inicia el sueño. Es bastante difícil, sobre todo de practicarla de forma regular. Suele ir precedida de un «estado vibracional», en el que puede que se escuchen sonidos fuertes.

Cuando se utiliza en cambio el estado hipnopómpico (fin del sueño), se le denomina técnica indirecta La descrita por Michael Raduga es la más eficaz que hemos encontrado. Consiste en «ciclar» las técnicas de separación al despertar después de un sueño incompleto. Se reduce a intentar prolongar el sueño, conservando la lucidez al mismo tiempo, usando varios métodos como ataques de fuerza bruta*

También es de Michael Raduga de quien tomamos la expresión «fase», ya que nos parece que es la que mejor describe la experiencia. Hay un libro gratuito en su página web (archivo), y aquí la primera parte de un seminario en ruso con voz en off en inglés (archivo 1, 2, 3).

Como dijimos, la fase es de código abierto. Cualquiera puede ir a visitar este continente y decidir por sí mismo lo objetivo y «real» que es. Hay otros métodos, pero no tenemos experiencia de primera mano, no sabemos qué tan estables son estas experiencias de fase, y no las abordaremos.

Si tuviéramos que resumir la mejor técnica para entrar en la fase, en nuestra opinión, sería ésta:

Acuéstense un poco antes de lo habitual por la noche y pongan la alarma para que suene 2-3 horas antes del tiempo de su sueño habitual, es decir, si normalmente necesitan 8 horas, pongan la alarma para que suene en 5-6 horas.

Cuando suene, levántense, vacíen la vejiga y pasen unos 30 minutos leyendo sobre la fase; concéntrense en su objetivo. A ciertos intervalos, dejen lo que estén haciendo y empiecen a frotarse enérgicamente las palmas de las manos hasta que se calienten; háganlo por cuánto más tiempo posible sin que les resulte incómodo; mírenlas y recuerden su aspecto; concéntrense en la sensación, el sonido, el calor… todo ello mientras se preguntan si ya están en la fase.

Una vez transcurrida la media hora, vuelvan a la cama y duérmanse con la intención de despertarse en el siguiente sueño, imaginándose y sintiendo a la vez que se frotan las manos como lo hicieron antes (pero sin moverse físicamente). En las siguientes 3 o más horas de sueño, cada vez que se queden dormidos o inmediatamente después de despertarse, sin moverse físicamente y con los ojos cerrados, concéntrense en las manos: sientan el movimiento, la sensación, el calor y el sonido.

En cuanto empiecen a sentir la sensación o el calor del roce de las manos, o a oír el sonido, ya estarán en la fase, y sólo es cuestión de ahondar y separar. Concéntrense intensamente en la sensación/sonido. Imagínenselos en el ojo de la mente. En un momento dado se les aparecerán en frente.

Si no aparecen, y vuelven a dormirse, no pasa nada. Duérmanse con la firme voluntad de despertarse en el sueño, a la vez que siguen sintiendo/oyendo/viendo el roce de las manos. Cuando se despierten, continúen inmediatamente con el procedimiento. Sigan concentrándose intensamente en la imagen, la sensación y el sonido de las manos frotándose enérgicamente, hasta que las sientan, las vean o las oigan claramente.

Cuando lo hagan, no habrá más que levantarse, levitar o rodar. Insistimos: la fase es muy realista. Es muy común pensar que nos hemos movido físicamente, que no estamos en la fase. La sensación/movimiento de rodar o levantarse es exactamente la misma que en la realidad de la vigilia; pero si han sentido que se mueven en ese momento, lo más probable es que no hayan movido su cuerpo físico, pues éste está profundamente dormido.

Cabe señalar que el frotamiento de la mano es simplemente una buena manera de enfocar muchos sentidos a la vez, y poder ensayarlo de antemano; la idea es, al enfocarse en tal acción, sintonizarse con la fase mientras se está entre el sueño y la vigilia. Cualquier otro movimiento intencionado servirá.

Para verificar que están en la fase, pueden taparse la nariz e intentar respirar por ella, pueden mirar el reloj dos veces seguidas, atravesar una pared con la mano, o aparecer en algún otro lugar concentrándose en la intención y voluntad (al principio, cuanto más cerca mejor).

El Continente

Se necesita práctica para recorrer la fase de forma eficaz. Este autor no pretende haber llegado muy lejos. Pero hay quienes sí lo han hecho y dan cuenta de ello de forma coherente. Proponemos un breve vistazo general; lo más fácil es empezar dando un resumen de lo que ocurre después de la muerte física. Esto es algo que intentaremos hacer bajo el prisma del conocimiento, no de la creencia.

Al morir físicamente, salimos del cuerpo y empezamos a «flotar» sobrevolándolo. Dependiendo de las circunstancias y las creencias, podemos estar más o menos sorprendidos de nuestra continua lucidez y conciencia, y podemos permanecer más o menos tiempo en el plano terrestre (consolando a los seres queridos, asistiendo a nuestro funeral, etc.).

Lo que ocurre a continuación está en sintonía con nuestras expectativas. Las personas torturadas van a realidades de consenso torturadas (los viajeros hablan de ciudades enteras que se asemejan a las ciudades de la Tierra, con conciencias que «van a trabajar», pagan facturas, etc.; incluso puede haber universos mentales más torturados, como un «infierno» real).

Eventualmente, para la mayoría de las personas, se abre un túnel, lo atravesamos y nos encontramos con seres que identificamos como familiares, ángeles, guías, etc. A continuación, pasamos a una zona de espera y se nos hace una revisión de la vida. Examinamos las decisiones de vida tomadas, y luego, durante algunas décadas, deambulamos en la fase con un grupo determinado de otras conciencias.

Estas realidades consensuadas en las que esperamos tienen formas correspondientes a nuestras creencias; si no tenemos fuertes creencias pueden tomar la forma de una escuela, con clases, etc. Los viajeros escriben sobre artilugios como ruedas, o cintas transportadoras, a través de las cuales las personas son llevadas a sus lugares. Al cabo de un tiempo se nos anima/convence de que nos reencarnemos, elijamos un nuevo tiempo, lugar y conjunto de retos, y volvamos a la Tierra.

Lo decimos de la manera más categórica y clara posible. La mayoría de la gente se reencarna, y la mayoría de nosotros ha tenido muchas vidas antes de esta.

Cuando experimentamos la fase sin morir físicamente, puede que veamos un cordón de plata atado a nuestro cuerpo; podemos volver al cuerpo en cualquier momento simplemente deseándolo. Dependiendo de cuán profunda sea la fase, experimentamos diferentes universos. El plano más cercano a la Tierra es muy parecido (aunque con algunas diferencias); allí podemos comprobar la objetividad de la fase, observando cosas desconocidas y corroborándolas luego en la vida de vigilia.

Viajar por la fase requiere práctica, aunque es bastante fácil experimentar fases cortas y cercanas. En un momento dado, el viajero puede ser capaz de tener una fase dentro de la fase, es decir, una proyección desde la proyección, o un sueño lúcido dentro de un sueño lúcido. Aquí es donde puede visitar universos superiores, y empezar a presenciar las diversas realidades consensuadas, áreas de espera, etc.

La Coronación

Pero, ¿por qué mencionamos la fase?

En primer lugar, porque es una verdad importante, y es lo que nos hemos comprometido a divulgar, en la medida de nuestras posibilidades. La fase forma parte de la naturaleza; que corrobore o contradiga los sistemas de creencias pasados o presentes no es algo que nos concierna aquí y ahora; hemos tratado de evitar el lenguaje religioso.

En segundo lugar, porque resulta ser una parte importante del «gran secreto» que guardan los ocultistas. Utilizan la fase para controlar el universo físico. Tienen también perspectivas propias sobre la jerarquía y el orden allí reinantes. Pero ese es un tema para otro día.

Tercero, porque creemos que los planificadores centrales se están preparando para divulgar esa verdad (parte de ella). Creemos que es parte de la «gran revelación» y la «nueva era» que están prometiendo. Incluso podrían traer a un salvador, profeta, extraterrestre o mesías para hablar al mundo de este nuevo continente de la «otra vida».

El coronacircus es un ritual de coronación. La humanidad está siendo preparada para una evolución, que implicará algún tipo de revelación. El «orden actual» está en las últimas etapas de la demolición deliberada y controlada. El ave fénix que resurge de las cenizas ha de ser coronada.

De hecho, la divulgación ya ha comenzado; y está inextricablemente ligada a la narrativa alienígena. Los correos electrónicos de Wikileaks, el informe desclasificado de la CIA de Robert Monroe sobre el proyecto Gateway y la producción de Steven Greer en Netflix son 3 de los muchos recientes ejemplos.

Hay una religión que preconiza la mayoría de estas ideas y conceptos, y que es más popular que nunca. Se trata de la religión de la Nueva Era (New Age), fundada en la Teosofía, que a su vez se basa en la cábala. El nombre lo dice: es la religión de la nueva era prometida por los planificadores centrales. Tiene críticas limitaciones.

Conclusión

Hemos presentado un conocimiento que solía estar oculto; se ha convertido en código abierto y, por tanto, se ha simplificado, pero todavía no está ampliamente difundido. Es de suponer que gracias a nosotros alguien podría intentar sintonizarse con la fase, podría tener éxito, y eso podría cambiar su vida. Por lo que, ¿es irresponsable escribir al respecto? ¿Hay verdades que es mejor mantener ocultas?

Eso lo decide cada uno con su conciencia.

Creemos que el conocimiento no es más que una herramienta; la conciencia que lo maneja determina lo bueno o malo que pueda ser. El conocimiento implica responsabilidad, y nunca debe situarse por encima de la conciencia. La palabra libertad viene de liber, libro; una asimetría de conocimientos va en detrimento de la libertad individual.

Los bárbaros fracasarán estrepitosamente, ya que el libre mercado de las ideas permite necesariamente la aparición de la verdad.

Experimentar la fase es en generalmente una experiencia benigna, al igual que la vida de vigilia. A priori, no hay nada que temer. La única recomendación sería aprehenderla con sincera curiosidad, como un observador pasivo, en todo momento consciente de que es sólo un sueño en el que uno es soberano.

* brute forcing en inglés. Un ataque de fuerza bruta es un intento de descifrar una contraseña o nombre de usuario, de buscar una página web oculta o de descubrir la clave utilizada para cifrar un mensaje, que consiste en aplicar el método de prueba y error con la esperanza de dar con la combinación correcta finalmente

**real estate en el original; haciendo un juego de palabras y significaciones relacionadas a lo real (real  /ˈriː.əl/ en inglés) como propiedad de la corona.